“Ya llegamos a mayo y los trabajadores del diario El Litoral y del sector de prensa seguimos sin cobrar algún aumento salarial. Desde esta cuenta acompañamos a los colegas del diario Época que aún no percibieron el sueldo de abril”, reza la expresión acompañado de una muestra fotográfica en formato catástrofe “PRENSA EN CRISIS. AUMENTO YA”.

El periodismo correntino tiene representantes en los organismos gremiales de prensa nacional, pero hasta el momento no supieron expresarse respecto al reclamo y permanecen en ensordecedor silencio.

Son laburantes de los dos medios gráficos más importantes de Corrientes. El Litoral y el Época. Llamativamente ni Eduardo Ledesma (FOTO), jefe de redacción de El Litoral ni Gustavo Gamboa editor en jefe del diario Época aparecen junto a sus compañeros en el digno reclamo.

Tanto Ledesma como Gustavo Gamboa (FOTO) están con sus salarios al día y gozan de los aumentos de privilegio. Como de manual ambos propietarios de los diarios (primos hermanos) saben cómo “desactivar y deslegitimar” un reclamo salarial.

Seban a sus “editores en jefe”, los aislan de “la manada” y si la cuestión no cede, hasta los hacen pelear con sus propios compañeros. Un método que tanto Carlos Romero Feris como Humberto Romero aprendieron de sus progenitores.

Viejos y ajados delincuentes impunes que supieron amasar sus fortunas apoyándose siempre en sus trabajadores y operarios. De cuna sinvergüenza, famosos de revista y referentes del hampa de guantes blancos . Respetados conspicuos alcahuetes del poder de turno. De frente miserables. De fondo inmorales y de integridad rifada

A los dos les encanta el conflicto salarial. Eternamente mamaron eso. El viejo Julio Romero en el Época hizo un oficio la pelea contra el reclamo salarial de sus empleados. Para eso si tienen plata y por ende tiempo para aguantar a los “rebeldes, desleales y desagradecidos” periodistas que levantan el diario todos los días pese a las condiciones precarias.

Mal acostumbrados a ejercer el sometimiento y frotar el poder feudal conservador sobre el hombro del resto. Se creen personajes de la “sociedad correntina”, pero arrastran la fama de bandidos rurales de dilatada trayectoria en el submundo cuasi mafioso.

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