Mientras se esperan las medidas de la Nación, comerciantes advierten que la gente compra lo esencial. En enero, el uso de tarjetas de crédito superó al débito y al efectivo.

Si bien es cierto que la inflación es un problema que el país arrastra desde hace años, la Argentina está viviendo un momento de una importante revolución en cuanto a precios que se actualizan casi constantemente. Mientras se esperan por las medidas que el Gobierno anunció pero todavía no se pueden aplicar, la realidad puede verse con claridad en los supermercados. 

Desde el sector comercial aseguran que, en términos reales, las ventas bajaron y que los clientes cada vez más deciden llevar lo justo y necesario, abandonando las compras en cantidad.

Sobre esta cuestión, el referente del sector de supermercadistas Ricardo Cáceres dijo que "por los costos, la gente consume menos carne, pero más arroz y fideos", una muestra clara de que la intención es hacer rendir el dinero comprando los productos más económicos y que pueden alcanzar para varias comidas. 

El gasto promedio por cliente es de alrededor de $ 1.500.

Teniendo en cuenta los precios actuales, este monto representa solo la adquisición de algunos productos básicos.

También es cierto que en el último tiempo, muchas familias decidieron realizar las compras más grandes en supermercados mayoristas, con el mismo objetivo de ahorrar en un contexto de escalada de precios y una escasa o nula actualización del salario. 

Pero, más allá de los productos y los montos, otro factor que deja en evidencia la delicada situación económica de los trabajadores es la forma de pago. Justamente ayer se dio a conocer un informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) que permite entrever las dificultades incluso para adquirir los productos más básicos para la mesa, artículos de limpieza y elementos de primera necesidad. 

El estudio señala que durante enero de este año, las ventas totales realizadas en efectivo representaron el 30,4 %; las efectuadas mediante débito llegaron a un 29,8 %; y con tarjeta de crédito, un 35 %. De esta manera, las compras se realizaron mayoritariamente a través del sistema de financiación en cuotas, la mayoría en tres veces para evitar el interés. 

El referente de la Asociación de la Producción, Industria y Comercio (Apicc), Augusto Massochi, había dicho hace algunos días ya que "los programas como el Ahora 12 funcionan bien, lo que pasa es que mucha gente está usando la tarjeta para comprar comida en cuotas y no electrodomésticos como lo hacía antes". 

Los supermercadistas sostienen que, más allá de las acusaciones por parte del Gobierno, ellos no son formadores de precios y que los incrementos responden a las actualizaciones aplicadas por los proveedores. 

En cuanto a la escasez de algunos productos, Cáceres señaló que "hay mercaderías que no compramos porque los proveedores remarcan en forma constante". Explicó además que hay ciertos elementos que cuentan con un stock muy limitado, como algunos lácteos y bebidas. 

La harina es otro de los productos que sufrió un aumento importante, pero los empresarios aseguran que es una mercadería que no puede faltar, ya que tiene una amplia demanda y se trata de un elemento básico para la comida. 

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