A falta de proyectos que descompriman una de las más viejas arterias de la zona norte de la ciudad que comunican hacia y desde Ruta Nacional 12, la municipalidad reproduce propaganda con la refuncionalización lumínica.

Con llamativos baches, saturada y casi obsoleta en la circulación para doble mano la avenida Armenia es hoy un dolor de cabeza para el automovilista si pretende salir de la ciudad o ingresar al casco urbano.

Los espacios quedaron reducidos en relación a la cantidad de vehículos y a nadie de los funcionarios iluminados se les cae una idea para descomprimir.

En varios sectores a lo largo existen veredas de considerable ancho y allí podrían idear un sistema de estacionamiento para que el automovilista cuando precisa, pueda ocuparlo sin ocasionar el trastorno que hoy se genera con la "doble fila", del transporte urbano inclusive.

En cambio deciden focalizar en el reemplazo de lamparas led, amigables con el medio ambiente, pero que solo desnudan y alumbran la saturación y contaminación del transito atorado sin salida que fastidie.

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