El perro de “Juancho” Faraone se llama Filippo. Es un bulldog inglés blanco con manchas marrones, caro y coqueto. Como su casa de la esquina de avenida Maipú y calle Futaleufu en Corrientes. En ese chalet amurallado y bonito, como le gusta decir al ex intendente de Empedrado, el animal tuvo el dudoso privilegio de haber sido testigo de cosas raras, una de las cuales lo desorientó y terminó perdido en lo de una vecina.

Fue en mayo del año pasado, cuando el ex funcionario llegó de un viaje y encontró su casa dada vuelta, sin su perro y saqueada por ladrones que irrumpieron por encima de sus murallas, cuyos cimientos comenzaron a tomar forma 15 años atrás.

Como Filippo, hay testigos que vieron que la segunda vez que se le ponía la casa patas para arriba a Faraone fue este viernes. Y el desorden terminó con papeles, celulares y algunas otras cosas menos y con el ex funcionario con ganchos puestos en las muñecas.

Al mismo tiempo, bien temprano, su hija Agustina en la provincia de Buenos Aires al revoleo de su blonda melena veía cómo sus propios compañeros de trabajo le sacaban los cordones de los borcegos y la sentaban en una silla como epílogo de su carrera en la Gendarmería, donde fue más útil como carnada del narcotráfico que al parecer operaba su padre, que como centinela de la patria.

Así lo corroboró el Ministerio de Seguridad de la Nación, que se regodeó con un comunicado floreado contra la “narcopolítica”, su fetiche más soberbio. La lucha de frente al contrabando de droga en Corrientes volvió con todo: rebautizaron con el cinematográfico “segunda temporada” al Operativo Sapucay que en marzo de 2017 dejó a Itatí sin comisario, intendente ni vice por sus vínculos con los patrones de la droga.

De hecho, el viceintendente itateño caído en desgracia, Fabio Aquino, es quien sin darse cuenta que su teléfono era un colador por donde entraban las escuchas de la Justicia y las fuerzas, terminó delatando a Agustina, cuyo segundo apellido es Sigel, por su mamá, Ariane, actualmente concejal de Empedrado.

Es que la uniformada de los Faraone hablaba de un narcotraficante conocido en la zona, Carlos “Cachito” Bareiro con la gente que de esa información hacía negocios.

Así como la droga, el amor también hace mal. A veces. En esta oportunidad sí y los damnificados fueron la hija suboficial de “Juancho” y el gendarme José Daniel Borjas, también conocido como “Joselo” o “Jaca”.

Joselo era pareja de Agustina y fuentes incontrastables de los tribunales ligan al hombre con la custodia de gente importante en Corrientes. Un punto a favor para su carrera en el afianzamiento del vínculo con su hoy ex suegro.

Es así dado que a Juancho Faraone lo que se le imputa no es simplemente tener una hija que chusmeaba sobre narcos con quien no debía, o un yerno que hablaba de dinero en efectivo, cheques y facturas infladas con el segundo de a bordo en la comuna de la ciudad de la Virgen, como consta en las transcripciones que adornan su pasaporte a la cárcel confeccionado en el juzgado de Sergio Torres.

De acuerdo con esos papeles, Aquino le preguntó a la rubia, directamente, si había hablado con quienes le seguían el rastro a Bareiro, por quien se lamentó como “una lástima que quieran usar al detenido para cumplir con el objetivo de ellos”.

Asimismo, Aquino registra un diálogo telefónico en el que Borjas le menciona que “podría entregar $70.000 y el resto en un cheque” y que “si necesita podrían hacer una factura de mayor monto al real”, a lo que el Viceintendente le contesta que “(Roger) Terán dijo que a él le servía”.

A Faraone se lo vincula directamente con los pasamanos de marihuana y dinero a granel que logró el dispositivo narcotraficante más grande que la historia de Corrientes registra.

Hay información escrita en las investigaciones del caso, que ata al ex intendente en forma estrecha con Federico Sebastián “Morenita” Marín, el huidizo patrón de la marihuana, detenido hace un poco más de dos semanas en Itatí.

Esos datos cuentan que, en la primera mitad de octubre de 2016, cuando tenían cercado en un barrio del Sur de Corrientes a Marín, el narco tuvo fluida conversación con el ex jefe comunal de la “Perla del Paraná”.

Una versión señala que el ex funcionario en ese momento pondría a disposición del contrabandista un vehículo para hacer un transporte de droga.

Esa noche del 8 de octubre fue que Marín, tras abandonar un Volkswagen Golf negro a nombre de un muchacho de apellido Molinari, terminó su fuga a pie con un tiro en el cuerpo y varios disparos hechos contra la Gendarmería que lo persiguió hasta Madariaga y avenida Vidal.

La relación de causalidad que caracterizaba el vínculo es una pista fuerte sobre la que trabajaron no sólo el juez Torres, sino los fiscales federales de Corrientes Carlos Schaefer y Flavio Ferrini, en coordinación con Carlos Stornelli y el jefe de la Procuraduría nacional especializada en narcotráfico, Diego Iglesias.

Una muestra de ello es que el boleto de Faraone a la cárcel ya estaba picado el 10 de octubre, antes incluso de que se firme la orden de detención del propio “Morenita”.

Ahora van por la cuestión patrimonial y en ese costado entran en juego factores tales como los vehículos. No habrá que perder de vista que en la entrada del chalet de la avenida Maipú solía aparecer estacionada una Toyota Hilux gris oscuro.

Es algo de lo que seguramente le preguntarán a Juan Manuel Faraone este lunes si accede a responder preguntas en el juzgado porteño, que lo puso en el pelotón de los narcotraficantes correntinos. que tienen morada en pabellones penitenciarios de Marcos Paz y Ezeiza.

Alrededor de la trama descubierta el viernes se tejieron tantas conjeturas que superan en cantidad los entrecejos de Filippo sin su dueño. Una de las versiones señalaba que el ex intendente de Empedrado habría financiado una compra de marihuana al por mayor, otra que se trataba de una mano financiera en el negocio.

Sin embargo, ese último cateto no encaja aún en la geometría de la investigación.

Como tampoco algunas de las pinceladas surrealistas del cuadro de varios colores en el que se convirtió la vida de “Juancho”. Pasó del celeste liberal al naranja Panu, sin escala por la intendencia de Empedrado desde 1991 hasta 1997 y después a un mullido sillón en el edificio de Junín y Córdoba, donde funciona la Lotería Correntina.

Su paleta de tonos políticos luego fue inclasificable. Al punto que con una alianza variopinta llamada “Frente por el Cambio de Empedrado” en la que se volvió a teñir de liberal “del sello”, en septiembre de 2013 compitió por la intendencia.

Curioso, el mismo año fue electo jefe de su comuna Roger Terán, su nuevo compañero de causa y presidio.

Ambos llevan el karma de lo que flotó en el río, como la marihuana que llegó desde Paraguay por el Paraná, atractivo saliente para la economía de sus localidades.

Justamente donde ladra su tristeza Filippo, el chalet de ochava de la avenida Maipú, linda con la calle Futaleufu, que en una lengua nativa de Chubut significa nada menos que “río grande”. 

Por Juan Manuel Laprovitta (El Litoral).-

Comentarios   

+1 #1 Colorado 24-10-2018 11:55
EL TITULO DE LOS DIARIOS DEBERÍA HABER SIDO "PRESIDENTE DEL MERCADO CENTRAL DE FONTANA DETENIDO POR NARCOTRAFICANTE"

Habría que preguntarle a quien corresponda, a antonio rodas intendente de fontana, a carlos martinez presidente del mercado central, al ex gdor del chaco actual intendente de resistencia capitanich, al actual gobernador domingo peppo, como es el proceso de elección para que un acusado de narcotrafico conduzca esa institución Con fuertes vínculos con el peronismo kirchnerista.

Como hacemos para que nuestra imaginación no nos juegue una mala pasada imaginando el movimiento logístico de dicho mercado, complemento ideal para el traslado de estupefacientes....

¿no habría que salir a aclarar algo al respecto? o hay una investigación que apunta mas arriba que faraone?

Estuve mirando algunos artículos al respecto...
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